Dios nos ama. Amamos porque Dios nos amó primero. Esto es lo que nos impulsa a hacer discípulos.
El proceso de hacer discípulos debe comenzar con nuestro amor tanto por Dios como por las personas, ya que obedecer el Gran Mandamiento sirve como nuestra motivación para participar en la Gran Comisión: ir a todo el mundo con las Buenas Nuevas.
Hacer discípulos es fundamental para la obra de Jesús. Pasó 3 años con un pequeño grupo de personas para prepararlos para este ministerio, para ir a todos con las Buenas Nuevas. Somos comisionados por Jesús para hacer lo mismo: influir en unas pocas personas, para alcanzar a muchas personas.
Estas actividades de seguimiento exploran los fundamentos de la formación de discípulos. Te ayudará a incorporar buenos hábitos en tu vida.